Xoxé Manuel Meijome, Se moja este Verano.

Salva, en la bio de su conocido blog Cuadernillo d@ enfermeir@ se define a sí mismo como:

Mis objetivos son sencillos pero apasionantes: Seguir aprendiendo y contribuyendo, mostrar el valor añadido de la profesión del cuidar para una sociedad que entra en una época de descuido y mostrar que más que nunca el valor del SNS público está en manos de los profesionales, en sus capacidades y actitudes.

Sus palabras inspiran y recuerdan, que el poder del cambio, algo que tantas veces recordamos en Quironautas, está dentro de nosotros mismos. El sistema, somos todos y cada uno de nosotros, y nuestras acciones, las que lo sustentan.

Es un placer, y un tremendo honor, recibir en esta humilde casa recién renovada, a un compañero comprometido con nuestra profesión.

Salva

Un Verano para mojarse: Gestión y Enfermería

Por Salvador Meijome

Política y gestión sanitaria: ¿Deben ir de la mano, o es un mal menor?

En una sociedad regulada todos los aspectos están conectados y no puede ser de otra forma; el modo en que un grupo se organiza no refleja más que su nivel de progreso (educación, integración, valores…) así que la famosa frase «Políticos mediocres reflejan una sociedad mediocre…» tiene su miga. Si la ciudadanía deja que metiendo una papeleta en una urna cada cuatro años las decisiones sobre cómo se organiza la sociedad las tomen unos pocos llegamos al punto en el que esos pocos sienten que tienen «el mandato» para organizarlo todo sepan o no de ello y sin volver a consultar a sus iguales: los ciudadanos.

Política y gestión de cualquier servicio público… falta un algo: la participación ciudadana. Si esta no está explicitada en la organización al final pasan cosas como las que estamos viendo y los ciudadanos de grupos pequeños marginados o no y jaleados o no por intereses comerciales se organizan para presionar en pro de unos intereses particulares sin tener en cuenta que cada céntimo que se ingresa y se emplea en algo no se puede usar en otra cosa… Tanto ciudadanos como profesionales debemos entender esto:

«Se podrá recaudar más o menos pero siempre siempre habrá que usar lo recaudado con visión de conjunto»

Si la pregunta es ¿quien debe gestionar?: Los profesionales formados para ello (antes de entrar en la gestión…), pero si la pregunta es ¿quien debe tomar las decisiones estratégicas sobre la gestión de los servicios públicos? la respuesta es: Los ciudadanos mediante representantes políticos y mediante participación reconocida en las normas.

Los recursos Humanos: Porqué cada día a los enfermeros de base nos parece que son menos «humanos» y más «recursos», ¿se puede gestionar mirando a los ojos? ¿Porqué no se puede gestionar con un «win-win»?

No sé si se puede gestionar con un modelo en el que ganen todos y menos aún mientras algunos se dediquen sólo a poner trabas o gestionar sus intereses y no el buen funcionamiento del sistema que dicen defender. Para mí es tan llamativo que cuando se cierran camas en verano salgan compañeros protestando como que cuando hay hasta un 20% de las camas vacías se haga un silencio estremecedor… las habitaciones cerradas cuestan, pero las habitaciones vacías cuestan más aún y ese dinero es de todos.

Siempre digo que

«la gente de base cree que los gestores sólo quieren ponerse medallas y los gestores creen que la gente de base sólo piensa en escaquearse y en pedir cosas inútiles… »

Tal vez habría que darle la vuelta a la tortilla y que los trabajadores sugiramos mecanismos prácticos para evitar los abusos que todos sabemos que se cometen con las prestaciones que la norma permite (bajas, horarios…) y que los gestores sugieran mejoras que hagan que ir a trabajar sea algo más que un trámite.

Es difícil que en un trabajo que depende casi exclusivamente de las habilidades y actividades de las personas las incidencias que a cualquiera nos pasan no obliguen a cambios sobre la marcha para garantizar el servicio al ciudadano.
Los problemas vienen cuando las correcciones se producen de forma discrecional y las prioridades cambian según a quien le suceda la incidencia y sobre todo cuando se pierde la referencia de quien importa realmente en todo esto: Las personas.

Los Recursos materiales: ¿Se puede hacer más con menos? ¿Están las políticas de recortes al tanto de la merma en la calidad asistencial que provoca escatimar en según qué recursos materiales?

En recursos materiales estamos aún muy lejos de actuar en interés del sistema; es frecuente escuchar que «sólo se tiene en cuenta el precio de las cosas» pero cuando se pasan encuestas o se piden valoraciones de productos la participación es paupérrima por no hablar del correcto uso de los recursos disponibles o de concretar unos stocks adecuados en las zonas de trabajo; puede que la conducta habitual de «hago lo que me parece» se deba a que no existen formas de participación suficientemente visibles y a que la administración se muestra muy rígida a la hora de adaptarse a los cambios.
Las políticas de restricción son el «consuelo de tontos» que se puso en marcha a raíz de la escenificación presupuestaria del pelotazo financiero llamado crisis y se ha vuelto contra la ciudadanía en forma de peores resultados en la asistencia además de esperas intolerables.

En cambio no deja de sorprenderme la incapacidad de la administración para aprovechar su papel de «cliente oligopólico» y conseguir mejores precios para los productos buenos… lo triste es que esta incapacidad se deba a tensiones internas porque algunos no quieren verse «alejados» de los centros de decisión aunque luego nadie es responsable nunca de lo que se decide mal.

La gestión y las bases: ¿Crees que realmente el personal de base conoce la labor de un mando intermedio o de un gestor? ¿Qué imagen crees que tienen de las tareas que desempeñan?

Sabes que cuando me refiero a mi época como supervisor digo «cuando estuve en el lado oscuro«… no me refiero a ‘la maldad’ sino al desconocimiento. Pero también sucede que en esas posiciones hay que saber ser algo trasparentes para que se entienda (lo que se pueda) del trabajo que se realiza aunque hay cosas que ni con calzador se comprenden… La labor de un mando intermedio ha de poder verse más allá de la intendencia; es más, en mi  opinión la gestión diaria de pedidos debería ser parte de la rutina de los profesionales una vez establecidos los stocks y la ciclos de reposición. La gestión de personal… en un entorno tan regulado y con las herramientas disponibles tanto el cumplimiento de la jornada laboral como la asignación de permisos rutinarios (vacaciones, AP) puede llevarse centralizadamente; otra cosas son las incidencias inmediatas y la distribución de los equipos de trabajo dentro de las unidades.

Por desgracia en nuestros centros los mandos intermedios han de dedicar mucho tiempo y desgastarse mucho en tareas que corresponderían a servicios administrativos (cómputos, liquidaciones…) lo que no es obice para esa falta de «liderazgo de cuidados» que una parte exhibe de forma reiterada.

¿La calidad, son solo número e indicadores? ¿Los indicadores de calidad son fiel reflejo de lo que el paciente y trabajadores perciben? ¿Estamos midiendo verdaderamente lo que debemos medir para conocer el estado de la calidad asistencial?

Una de las cosas a las que deberían poder prestar atención es a la utilización de la evidencia en los procedimientos y al debate sobre cómo ajustar los procesos internos en la unidad de forma segura, eficaz y eficiente; para ello es necesario que todos (mandos y personal de base) comprendan los indicadores que se utilizan para medir… RESULTADOS… es que el problema viene cuando además de empeñarse en que la calidad son unos papeles que nadie mira ni cumple nos empeñamos en medir indicadores indirectos (actividad, costes, horas…) que no afectan a lo importante: lo que consigue la enfermería para las personas o comunidad a la que cuida.

Calidad no puede ser un número o un documento mientras fallamos en lo que queremos conseguir para quienes cuidamos y mientras fallemos en cómo prestamos esos cuidados:

«de nada vale la excelencia sin algo de humanidad o cercanía»

La profesionalización de la gestión, ¿una utopía que se corromperá como otros accesos al sistema? ¿Para cuando una gestión por competencias y logro de objetivos? ¿cuál crees que es la mejor forma de valorar a un buen gestor? ¿Crees que se puede medir la aCtitud?

La profesionalización de la gestión es un horizonte móvil que se distancia cada 4 años o menos en cuanto hay un movimiento político… y vuelta a empezar… la cuestión viene de que casi nadie quiere reconocer que además de tener formación y poder acreditarla en un equipo de gestión es imprescindible la confianza… y esa es la que está sobrevalorada. Tal vez si se aclarasen mejor las responsabilidades de los mandos en cuanto a sigilo y compromiso dentro del equipo se rompería ese ciclo que asume que mejor formar a alguien en quien confías en lugar de confiar en alguien formado.

Para que se pudiese dar una gestión por competencias de verdad haría falta un cambio cataclísmico en la estructura y en las personas; ahora mismo poca gente confía en ser juzgada por sus logros y nadie negocia cuales son sus objetivos anuales, se los encuentra en una mesa un buen día.

La motivación es un arma aliada para las direcciones, ¿porqué entonces está tan infravalorada? ¿Qué medidas adoptas o te gustaría adoptar para motivar a tu personal?

La actitud se mide en proactividad ofreciendo soluciones y alternativas a los problemas planteados, lanzando ideas de mejora, participando… la actitud es algo intrínseco como lo es la motivación… si no tengo «mi» motivación no habrá estímulo externo que me active. El problema en la administración es que los mandos son eso: administradores;

«no disponen de herramientas legítimas para premiar la actitud y la motivación… el «café para todos» se impuso como remedio al riesgo de sesgo y al final ni una cosa ni la otra»

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