El Rey, está desnudo. #YaNoMax

El_rey_desnudo
imagen de http://www.taringa.net/posts/info/18053104/Decir-la-verdad-no-es-discriminar.html

Hace años, muchos más de los que me gustaría confesar, cuando aún era una niña muy pequeña, en el colegio preguntaron quien querría actuar en la obra de fin de curso. Con mis cinco años levanté la mano rápidamente, pese a que un requisito indispensable era tener un «mandil» para poder llevarlo a la actuación. No tenía ni idea de si tendría alguno que sirviera, ni tampoco creo que tuviera muy claro qué era aquello del mandil, pero allá que me lancé. La verdad, que esa forma de ser impulsiva me ha acompañado toda la vida hasta hoy.

La obra de teatro que se representaba era «El traje nuevo del emperador» y los alumnos mayores necesitaban a un par de niñas pequeñas que actuasen gritando aquello de ¡el rey está desnudo!

Cuando llegó el día de la actuación, mi compañera y yo, lucíamos unos hermosos mandiles (que mi madre cosió a toda prisa tras contarle mi peripecia) y solo sabía que cuando aquel niño vestido apenas con calzones y camiseta saliese al escenario, yo tenía que gritar muy fuerte… ¡el rey está desnudo, el rey está desnudo!. Así lo hice cuando apareció, sin embargo, la niña mayor que estaba detrás de mí, aleccionada evidentemente por las circunstancias del guión, me tapaba la boca entre mis incesantes esfuerzos por zafarme de sus manos y poder seguir gritando, que el rey… estaba desnudo.

Era evidente que a las pequeñas, para dar más dramatismo a la historia, no nos habían explicado mucho de lo que iba a suceder, y por ello todavía recuerdo cómo enfadada le contaba a mi madre después, que aquella niña mayor no me había dejado hablar.

Os cuento toda esta historia, porque ese sentimiento de frustración, cuando no me permiten expresarme me ha acompañado toda la vida. Es por ello que nunca entenderé a quienes se les antoja callar a las voces discordantes, como aquella niña que interpretando, tapaba la boca al único personaje de la historia que gritaba a pleno pulmón la evidencia de que quien se paseaba por el escenario estaba desnudo.

El rey de la enfermería lleva muchos años desnudo, pero son demasiados los que, o directamente no miran, o simplemente aplauden su traje nuevo. Solo unos pocos se atreven a gritar su desnudez.

Nuestras especialidades profesionales llevan en estado de «loading» desde hace años, las noticias que aparecen en prensa día sí y día también siempre parecen negativizar nuestros roles profesionales, la denominada «prescripción enfermera» ha derrochado ríos de tinta cuando en realidad pocos tienen claro de a qué se refiere exactamente el RD que parece que en lugar de clarificar y definir una labor que se vería realizando de forma habitual y sin que a nadie le molestase (más bien todo lo contrario) ha venido a enfrentar a unos y a otros como si de una guerra de competencias se tratase… y si ya hablamos del papel de los profesionales en la representación de sus colegios profesionales mejor apagamos y nos vamos.

Para todos aquellos que prefieren desentenderse de todos estos temas, porque… para qué me voy a complicar la vida, que bastante complicada la tengo ya entre turnos, carga de trabajo y aguantar a la super, les diré que quien tiene que ejercer un liderazgo eficaz en la defensa de la dignificación de la profesión, los ratios de enfermeras  por población, frenar la emigración masiva, el reconocimiento del estamento y la visibilidad de lo que hacemos cada día, no son otros que aquellos de los que nos hemos desentendido durante años… y así nos va.

¿Alguien ha hecho alguna vez la prueba de preguntar a cualquiera, qué es una enfermera, o a qué se dedica?

El año pasado en una de esas charlas guasaperas que nos caracterizaban a Zulema Gancedo y a mi, me hizo esa pregunta, también la había hecho a los alumnos de un máster (creo recordar) donde había impartido unas clases, y la respuesta, fue cuanto menos descorazonadora… «la que pincha y saca sangre».

Olé ahí. 30 años de liderazgo de nuestro desnudo rey, y el personal solo sabe decir «la que pincha y saca sangre», luego sí, somos unos profesionales supervalorados (menos en la nómina) y todo el mundo nos quiere, pero no tienen ni idea de lo que hacemos y de lo que somos, y sino, recordemos que el término ATS lleva la friolera de 39 años obsoleto y aún hoy en día nos siguen denominando así…

Juan Hernández (@juherya), que es el motivo de que ahora os esté escribiendo estas líneas, se topó con nuestra profesión a través de un encargo por su condición de sociólogo, y allá por 2010 realizó un exhaustivo análisis de nuestra profesión, un «de donde venimos y a dónde vamos» que le hizo darse cuenta, de que, entre otras muchas cosas… el rey, estaba totalmente desnudo.

Desde entonces para acá ha escrito en su blog docenas de entradas sobre nuestra profesión, sobre nuestros problemas y el modo de solucionarlos, sobre dónde estaban las prendas de ese rey y cómo deberían ponerse para que nuestro gremio evolucionase dignamente. Pero Juan hizo mucho más que eso, se enamoró de la profesión y como enamorado se decidió a gritar a los cuatro vientos sus intenciones, y de ese modo ha recorrido España en multitud de ocasiones para hablar en diferentes foros sobre nosotros, como colectivo, como profesión y como profesionales, sin callarse las vergüenzas de un estamento, que en la mayoría de las ocasiones está muy complacido de cerrar los ojos cuando pasa la comitiva del rey.

Gracias a su blog, a sus charlas y a gritar a los cuatro vientos su opinión, muchos enfermeros decidimos abrir los ojos y nos hemos ido dando cuenta poco a poco de cuales son nuestros problemas, de que no podemos escondernos ni dejar pasar las cosas con resignación, que debemos dar la cara, y que, como muchas veces digo aquí, debemos empezar a CAMBIAR aquello que no nos gusta, porque el cambio, comienza en ti.

Ahora, como en la historia del rey desnudo, unas manos pretenden atenazar las palabras de Juan depositadas en su blog y publicaciones, para acallar sus gritos con la excusa de que esos gritos son calumnias e injurias que se repiten en el tiempo en la figura del presidente del CGE D.Máximo González Jurado (para quien no lo sepa, que lo habrá, es el presidente del Consejo General de Enfermería).

Es curioso, que una persona que defiende de forma tan apasionada una profesión que ni siquiera le pertenece, sea denunciada por una organización que se jacta de defenderla y representarla… Es como si una organización protectora de animales denunciase a Frank de la Jungla por quejarse en su programa de que el presidente de esa protectora acude a corridas de toros… demencial.

Por otro lado, la organización a la que obligatoriamente pago todos los meses una cuota a cambio de que me represente y me defienda profesionalmente, emplea ese dinero, mío y de 270.000 enfermeros más, en pagar a unos abogados para que se querellen contra este sociólogo que de forma gratuita me ha estado defendiendo y alabando los últimos seis años, y todo porque en sus palabras critica duramente la gestión, las formas y el oscurantismo que el CGE tiene en sus acciones y para con sus colegiados.

En cualquier charla sobre liderazgo casi siempre aparece el tema de la gestión de la crítica, y se usa como un punto de mejora, usar la crítica para comprender el desacuerdo de la otra parte, para entender que no se están haciendo bien las cosas, bien en sí mismas, bien porque no se están comunicando correctamente. Sin embargo, esta actitud de «en lugar de encajar la crítica y responder con argumentos o mejorar mi liderazgo, simplemente denuncio» deja mucho que desear de una persona que trabaja desde hace 30 años en representarnos.

Desde aquí ya digo, que como colegiada asturiana, rechazo totalmente esta querella, rechazo que quieran callar las voces discordantes, de las que si se manifiestan pacíficamente, siempre hay que pararse a escuchar, aunque no guste, y que en mi caso particular suscribo palabra por palabra.

Porque a mí no me representan, porque a mí no me han dejado participar democráticamente de mi colegio de enfermería al que debo pagar obligatoriamente todos los meses, porque estoy en mi derecho de demostrar mi disconformidad.

Es muy peligroso que este tipo de querellas salgan adelante, y pese a que confío en que la justicia sea sabia, el efecto atemorizante permanece, porque ninguno tenemos la capacidad que tiene una organización tan grande como el CGE para poder pagar una representación legal adecuada, y aunque Juan salga de esta situación sin problema, puede que muchas bocas, boquitas inquietas… decidan calmarse o lo que es más triste callarse para siempre.

Enfermera que me lees, ciudadano que sigue estas líneas, recuerda otras revoluciones sociales a lo largo de la historia, sólo con aquellos que gritaban que el rey estaba desnudo se cambiaron gobiernos, dictaduras y sociedades… sólo dando voz a aquellos que pensaban diferente, a los que criticaban el poder establecido, se pudieron cambiar las cosas.

El buen líder, el LÍDER es aquel que rema junto a sus compañeros y aprende de la crítica… otros, símplemente la denuncian.

Os dejo con una canción que marcó profundamente mis años de adolescente… y que hoy está más presente que nunca en mi memoria:

Somos la edad del porvenir… Las enfermeras del porvenir.

3 comentarios en “El Rey, está desnudo. #YaNoMax

  1. Luis Arantón

    No podría explicarse de forma más clara la terrible situación por la que estamos pasando la enfermería española en general y Juan Hernández en particular (por defender a la enfermería, sin ser enfermero).
    Reivindico la libertad de expresión y la discrepancia desde el respeto. Si lo que se cuenta no es cierto, hay instrumentos administrativos y legales suficientes para rebatirlo y que se aclare todo. Por tanto, rechazo cualquier intento de amedrentar y callar a los discordantes (y mucho menos con el dinero de mis cuotas). No me siento representado. Así, NO.
    Muchas gracias por @Moni_Ventoso por poner luz, por expresarlo tan bien y tan bonito y por tu grito, que seguro que sí se oirá (aunque traten de taparte la boca): ¡el rey está desnudo! Yo añadiría: «y cada vez más solo».

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  2. Ana

    Yo creo que somos much@s enfermer@s los q estamos totalmente de acuerdo con este artículo…. Estamos más q hartas de que nos ninguneen y opinen x nosotros. Yo tampoco quiero que con mis cuotas se utilicen para esto… No me representan pero ni este seńor ni muchos de los q se vanaglorian de ello…. Cuidado con el sindicato mayoritario q dice representarnos y luchar x nosotros…. Creo que tampoco
    Lo hace… Es más SE que no lo hace… Pobres enfermeras !!!!! Donde está la verdad??? Aunque hoy día están surgiendo voces discordantes en todas las redes sociales….ojalá consigamos q la verdad salga a la luz.

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  3. Pingback: Ovejas negras – Una quironauta en la gestión.

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