Ovejas negras

Hacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí, la familia, el trabajo, estudiar, el trabajo otra vez… al final entras en un bucle infinito y te das cuenta de que o frenas un poco o la vida te va a pasar factura. Y así es, mi salud ya me está empezando a dar collejas, por lo que como le he visto las orejas al lobo y no tengo ganas de comprobar cuan lobo es, este año estoy intentando pisar un poco el freno (pero me cuesta).

Los que me conocen saben que mi lema no es en balde, eso de #YoNoPaso se ha convertido en algo más allá de los inicios del HT, de pretender dar unos cuidados de calidad y de hacer las cosas bien, sin dejadez, abogando por la calidad del trabajo que desarrollamos en cada momento, ha ido evolucionando en un mantra que me repito a diario en cada una de las situaciones de mi vida.

Y es que unos pocos, o quizá más de los que otros se piensan, estamos tocados por el gen de la oveja negra, esa que pese a parecer estar en el rebaño destaca del resto, por llevar la contraria aunque sea solo su pelaje, por no seguir el camino indicado.

Siempre me ha costado muchísimo, desde pequeña, aceptar las cosas porque sí, tenía a mi madre (pobrecita mía) aburrida, no me servía jamás un “porque lo digo yo” tenía que razonarme los motivos, y aunque a veces aceptase sin más (qué demonios, era mi Madre) por dentro me reconcomía si no entendía el porqué. Y es que yo siempre he sido mucho de soltar a “bocachancla” que el rey está desnudo, porque, si algo es obvio, ¿por qué demonios hay que hacer la vista gorda? Y claro, eso al final  termina trayendo problemas… eres el rarito, el inconformista, el que siempre se queja… ¿Pero no vivimos ya en un mundo bastante aborregado y conformista ya como para ceder en las cosas más sencillas del día a día? Para mucha gente, y es muy respetable, su paz interior y tranquilidad está por encima de reivindicaciones muchas veces infructuosas, pero para otros, el gen de la oveja negra no nos deja descansar en paz si al menos no hacemos algo, por pequeño que sea.

No es cuestión de arreglar el mundo, sino de al menos tener consciencia de que debe ser reparado. Uno de esos ejemplos lo vivo a diario con mi inconformismo con la red de colegios profesionales de enfermeras.

¿Voy a cambiar algo? Quizá yo sola no, quizá sea una lucha desigual de David contra Goliat y quizá reciba (que ya he recibido) más de un golpe por ello, pero ¿puedo callarme? No. No puedo mirar para otro lado y ver cómo se hacen las cosas; sin transparencia, sin control, sin contar con el común de las enfermeras (aunque a la mayoría parezca no importarle), ver ante mis ojos como un sistema que tiene un potencial tan brutal, se queda en un tejido de representación de 300.000 profesionales que se queda en papel mojado cuando verdaderamente hay que sacar la cara por poner al colectivo en el lugar que se merece… tienen los medios, la capacidad, el dinero… y sin embargo así nos sigue luciendo el pelo.

Otro tema en el que siempre termino saltando es con el potencial enfermero, la defensa de esta profesión que escogí en su día y que cuanto más tiempo pasa más denostada la veo por propios y ajenos. No puedo evitar intentar en todos los lugares en los que puedo, poner mi granito de arena para dar voz a un colectivo que tanto tiene que decir, ya sea en foros, eventos o redes. En los últimos años afortunadamente en esta familia que terminas tejiendo en las redes sociales, he encontrado a grandes, a magníficas enfermeras que me han dado todavía más seguridad en que somos un colectivo con mucho que decir pero con muy pocos micros para hacerlo.

Y al hilo de lo anterior mi interés por la gestión sanitaria. Un mundo en el que te señalan si confiesas que te gusta o interesa y que en gran medida ha estado (o está vete a saber) muy vetado para las enfermeras. Que la gestión no son solo supervisiones de enfermería, y que estas no son solo sudokus de carteleras de turnos y firmas de permisos y días… la gestión va mucho más allá, va de construir futuro y entornos laborales que aporten más calidad al trabajo y más satisfacción al profesional, va de poner los cimientos y los andamios necesarios para el desarrollo profesional del personal sin perder jamás de vista la atención al usuario, de lograr la eficiencia, sin perder nunca de vista la calidad, porque la sanidad la conformamos todos, la pagamos todos y es finita. Va de ver más allá y de construir políticas sanitarias que eviten mediante la educación sanitaria y la prevención que la gente enferme… Pero vivimos en un mundo en que si dices que te gusta la gestión… eres un trepa. Pues oiga no, que yo no paso.

Pero es que soy la oveja negra ya os lo he dicho, y me meto en berenjenales donde nadie me ha llamado, y acabo de delegada de alumnos del máster en administración sanitaria, porque creo que se pueden mejorar las cosas a través de las aportaciones de los alumnos; y me embarco en la bendita locura de la asociación AccióN Enfermera porque creo firmemente en que los colegios de enfermeras son necesarios y son un pilar importante para la defensa de la profesión; y colaboro en la organización de las jornadas de SEDISA en Gijón, porque considero que mi voz es la voz también de muchas enfermeras que podemos aportar y aportamos al panorama sanitario; y me lanzo a trabajar en un proyecto en la sanidad privada durante dos años y medio cuando muchos me llamaron loca y ahora cedo voluntariamente mi puesto y regreso a mi trinchera, porque creo que hago lo correcto; y me meto a escribir poesía con una desconocida, porque… ¿y por qué no? Porque la vida es breve, es intensa si la quieres saborear, y porque estoy tocada por el gen de la oveja negra.

Y qué narices, os voy a hacer un poco de spam, que para eso es mi blog.

Hoy sale a la venta en amazon nuestro primer poemario nacido en las redes, EnredHadas.

Consigue la versión Ebook aquí y la versión en papel Deluxe aquí. Próximamente lanzaremos la versión low cost en b/n.

Los beneficios de la venta de este proyecto irán íntegramente a la asociación AccióN Enfermera.

4 comentarios en “Ovejas negras

  1. Maria José García Damorín

    Eres muy grande y estoy orgullosa de contar con tu amistad Mónica. No cambies nunca porque siendo así algo cambiará gracias a ti.
    Espero que donde vayas sean capaces de ver tu valía.

    Me gusta

    1. Casi un año de ese comentario, mil gracias Maria José, yo si que me siento orgullosa de haber sido alumna tuya y de contarte entre mis amistades. Gente como tú con su empuje, sus ganas y su fuerza vital hacen que esta profesión crezca. Miles de besos y gracias.

      Me gusta

Replica a José Manuel Cancelar la respuesta