Trabajo en un centro con mayoría de mujeres como en casi todos los centros sanitarios, pero en este caso con mayoría de mujeres en TODOS los niveles de la organización. Es uno de los pocos sitios en los que he trabajado donde en las reuniones de dirección y responsables, la proporción de género del centro se mantiene 80-20%.
Muchas veces me habéis oído presumir de mi jefe, y es que creo que son tan escasos aquellos jefes con los que se puede confiar y discutir opiniones a partes iguales, que presumir es lo justo.
Hoy, comparto con todos vosotros unas palabras que nos ha trasladado:
«Hoy es el día mundial de la eliminación de la violencia contra la mujer.
Haciendo una reflexión sobre lo que significa el uso de la posición de superioridad bien sea emocional, bien física; de un hombre sobre una mujer (su pareja sentimental, su esposa, o su hija) la tristeza embarga mi alma al ser consciente de que siempre hay un nexo de unión en este tipo de violencia-agresividad y malos tratos; ese nexo de unión es que la persona que los genera tiene una ascendencia emocional y afectiva sobre la persona que los sufre.
Es sobrecogedor el hecho de que una persona que en teoría nos quiere, nos ama, nos protege, nos cuida, nos hace crecer, nos apoya… esa persona sea precisamente la que utiliza la violencia física, verbal o psicológica contra la mujer. No puede haber ni amor, ni respeto, ni la más mínima conciencia, en la utilización de la violencia contra las mujeres. Aspectos educativos, morales y éticos son los que hay que fomentar en la sociedad para terminar con esta lacra que siempre ha habido, pero que por desgracia, hoy sigue siendo de máxima actualidad. Pareciera que el ser humano y en especial el que se dice masculino no hubiera evolucionado en este tema.
Sea hoy nuestro recuerdo y nuestra oración por todas las víctimas que ha habido y hay, de violencia en las familias originada por los hombres de las mismas. Sea también nuestro compromiso y nuestra disposición para dar todos y cada uno de los pasos que influyan para que esto se modifique en nuestra sociedad, pero no sólo en ella también en cada minuto de nuestra vida, en nuestras familias, en nuestro vecindario, en nuestro entorno, porque la violencia contra las mujeres habita mucho más cerca de lo que creemos, convive con nosotros a diario.
Tolerancia cero con la violencia en las familias».
Fco. Javier Valbuena.