Se nos suele llenar la boca diciendo que trabajamos en equipo, nuestro equipo de trabajo, lo consultaré con el equipo… sin embargo creo que estamos banalizando una palabra que significa mucho más que un conjunto de personas.
¿Sabemos exactamente cuales son las condiciones básicas del trabajo en equipo?
- Confianza mutua
- Comunicación espontánea
- Apoyo recíproco
- Comprensión e identificación con los objetivos de la organización (alineamiento)
- Tratamiento de las diferencias
- Habilidad para el trabajo en equipo
¿Te ves reflejado en esas características? ¿Confías en el resto de compañeros, hablas con ellos sin cortapisas, sin esperas, sin concertar reuniones?, ¿Te apoyas en ellos, es decir no tienes miedo a preguntar, a asumir que no sabes algo para consultarlo con otro compañero sin miedo a que piense que no tienes ni idea de determinado tema?, ¿Vais todos a una?, ¿Podéis hablar claramente de aquello en lo que discrepáis para que el conjunto se enriquezca?
Es decir:
¿Realmente sois capaces de trabajar en equipo?
Como vemos, ya no es tan trivial la expresión «equipo«, confiere una serie de características que seguro mas de uno está diciendo… eso no lo hago en mi equipo de trabajo ni de lejos…
Pero, ¿es que no sabemos lo que es un equipo realmente, o es que realmente no nos hace mucha gracia trabajar en equipo?
¿Porqué nos resistimos a trabajar en equipo? en las dinámicas de grupo siempre aparecen resistencias a alienar el propio ego para compartirse en un todo (equipo) y el coordinador del mismo debe tomar mucho cuidado de no ignorar esa resistencia o de emplear el poder de que dispone para obligar al cambio.
El motivo es porque lo que en realidad se consigue es aumentar esa resistencia, generar malestar en el equipo y entorpecer más el proceso de cambio.
Y porque tanto obligando como ignorando, lo que se hace es obviar el motivo de esa resistencia, que precisamente es el que debe analizarse para incidir sobre él y lograr una respuesta adecuada al cambio.
Un buen coordinador de equipos, debe tener:
- Criterio, coherencia y objetividad, las acciones a desarrollar deben estar fundamentadas, motivadas por la mejora del equipo y la organización.
- Seguridad en sí mismo e independencia, si necesita la aprobación de los demás, serán sus objetivos los que se implementen, no los de la organización.
- Humildad y autoconocimiento, saber hasta dónde puede llegar, saber pedir ayuda y reconocer el error.
- Serenidad y manejo de la información. “meter en la nevera” a veces es más importante que reaccionar.
- Convicción y ecuanimidad. Si no está convencido o no cree en lo que hace, no lo podrá trasladar al equipo. Debe ser justo en sus acciones o se desacreditará ante el equipo.
- Empatía y conocimiento del equipo. Si no es capaz de ponerse en la piel del otro o si no conoce el día a día del equipo, no sabrá si el equipo es capaz de desempeñar lo que le pide o el tiempo que le llevará lograr un objetivo.
Pero, ¿qué hacer cuando el cambio y las discrepancias provocan un conflicto?
Trabajar en un aumento de la cooperación puede limar las asperezas de la discrepancia, porque si existe un conflicto dentro de un equipo, cooperar para lograr una solución implica trabajar codo con codo, confiar en el otro, ayudar poniendo de tu parte lo que mejor sabes hacer al tiempo que otro cubre tu carencia con la ayuda que te brinda en el campo en el que él si destaca.
Cooperando estás fomentando la empatía, porque tienes que entender al otro en sus virtudes y carencias para ayudarle a mejorar.
Fomenta también el alineamiento con los objetivos de la organización, para lograr que la cooperación surta efecto y al tiempo favorece la comunicación, puesto que ante un conflicto se deben tirar abajo barreras y comunicarse abiertamente y de forma horizontal.
La reflexión de la quironauta
Trabajar en equipo para mucha gente puede parecer una forma de diluir su propio trabajo, es decir, un mero reparto de tareas. Sin embargo el trabajo en equipo va mucho más allá.
Creo que el trabajo en equipo es una especie de condición o estado, un nivel que se adquiere y no puede imponerse. He trabajado en muchos equipos pero muy pocas veces he trabajado en equipo. La importancia de la confianza, la alienación del ego, la camaradería (por decirlo de alguna forma) y el confort que supone trabajar en equipo me ha enseñado que es la forma más eficiente de trabajar.
No se puede ser un lobo solitario, porque es imposible estar a todo al mismo tiempo. Trabajar en equipo es saber que si tu compañero tiene un descuido y tu lo adviertes, en seguida vas a echarle una mano, y al revés, eso hace que el equipo, el todo, sea muchísimo más que la suma de las partes.
Por poner un ejemplo gráfico:
Tengo ocho cubos, la suma de ellos es efectivamente “8 cubos”, pero si apilo cuatro abajo y cuatro encima haciendo un todo (un equipo) en realidad tendré 9 cubos, los 8 individuales más el cubo hecho de cubos, esa creo que es la filosofía del trabajo en equipo. (Os recomiendo ver la serie «3%» de netflix, donde una de las pruebas inspiró este ejemplo)
He aprendido que trabajar en equipo no es fácil, ya que todos los miembros deben demostrar muchísimo conocimiento de sí mismos y humildad, no tener prejuicios del resto de integrantes del equipo y una gran capacidad de adaptación. Equipos donde existe una jerarquía no alienada siempre van a fracturarse cuando la opinión discortante sea la de alguien a quien no se le considera un igual.
En mi experiencia laboral se trabaja mucho mejor en equipos pequeños, de dos o tres personas (enfermeras+TCAE) que en grandes equipos, por lo que creo que en grupos grandes se deben determinar subgrupos para trabajar en equipo,porque pensar que se puede trabajar en equipo con 20 personas no es factible.
El win to win es bueno y funciona, pero no siempre es posible, y menos en grandes grupos, no pueden ganar las partes y la organización, puede ganar el equipo y la organización. Cada una de las partes tiene que ceder en algo y comprender que el cubo de cubos es más importante que cada una de sus piezas.
Decía un coacher que tuve cuando me inicié en el mundo de la gestión, que “no nos pagan por sufrir” y es cierto, en el trabajo debemos disfrutar en la medida de lo posible, cansarnos, reír, estar serios, esforzarnos… pero jamás sufrir.
Bibliografía:
Jose Carlos Bermejo, Ana Martínez, «El trabajo en equipo, vivir creativamente el conflicto» Ed SalTerrae Santander 2009.